Una temporada acontecida

Pese a que los resultados fueron inferiores a los que se esperaban en un comienzo, el sabor de boca que dejó la última temporada entre los arandaneros nacionales fue, en general, bastante bueno. Después de todo, la campaña 2015/2016 se cerró con envíos que superaron las 91 mil toneladas, es decir, casi la misma cifra que se consiguió el año pasado.

El gran responsable de esta situación fue el clima, el que a través de una primavera lluviosa y un verano caluroso generó que la fruta se viera expuesta a daños y pérdida de calidad. Al final, todo esto derivó en que la temporada se atrasara y que muchos de los envíos originales debieran ser reprogramados.

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El factor tipo de cambio

Otro de los factores que influyó en el transitar de los arándanos chilenos esta temporada fue la buena cotización que alcanzó el dólar respecto de otras monedas.

“Esto incidió de manera importante en la decisión de los exportadores de enviar su fruta a mercados donde la divisa norteamericana fuera la principal moneda de transacción”, asegura Andrés Armstrong, gerente del Comité de Arándanos.

file_20160523083635Así, por ejemplo, los envíos a Norteamérica (Estados Unidos y Canadá) experimentaron un aumento de 3% durante la temporada que acaba de finalizar, llegando a 63.253 toneladas.

Si bien Manuel José Alcaíno, presidente de Decofrut, no desconoce la importancia del factor tipo de cambio en la decisión tomada por los exportadores, cree que la variable más relevante fue la condición que presentó la fruta una vez cosechada.

“Muchos exportadores se encontraron con fruta de baja calidad, que no reunía las características para ser exportada a mercados lejanos. Por lo mismo, prefirieron enviarla a un destino más cercano como Estados Unidos, que se encuentra a 12-13 días, versus Europa y China que están bastante más lejos”, agrega.

Respecto a los precios registrados en Estados Unidos a lo largo de la temporada, se puede decir que estos, en general, fueron similares a los del año pasado, promediando US$ 8,7/Kg.

En ese contexto, los reportes a la semana 45 hablaban de precios que llegaron a US$ 16/Kg, una cifra mayor a la registrada en la misma fecha del año pasado, debido al menor volumen enviado por Argentina y las menores salidas iniciales de Chile.

A la semana 52, en tanto, ya se había enviado a Estados Unidos un 19% menos de fruta que en la misma semana de la temporada 2014/15.

“El promedio de precios desde la semana 45 a la 52 fue de US$ 12/Kg, es decir, un dólar más alto que en el mismo periodo de la temporada anterior”, explica Gabriel Layseca, analista de mercado de iQonsulting.

La caída de Europa y Asia

En el caso de Europa, uno de los destinos que en los últimos años había ido ganando relevancia para los arándanos chilenos, los envíos durante la temporada 2015/16 cayeron 7%, llegando a 19.000 toneladas.

Según Gabriel Layseca, el menor volumen enviado a este mercado por parte de todos los proveedores hizo que los precios se mantuvieran más altos que en la campaña anterior. De hecho, el precio promedio para esta temporada alcanzó los EUR 9,8/kg, cifra 6% más alta que la obtenida 2014/2015.

“Sin embargo, el mayor precio promedio no alcanzó a compensar completamente el menor volumen enviado”, indica el experto de iQonsulting.

Asia, por su parte, también experimentó una baja de 14% en su participación como destino para nuestros arándanos durante la última temporada, llegando a envíos de 8.122 toneladas.

Durante la mayor parte de la temporada en China los precios fueron más altos que los de la campaña anterior, cerrando con un precio promedio de US$ 19,5/Kg. “Con esto el precio promedio fue un 27% superior al obtenido en la campaña anterior, compensando el menor volumen enviado a este mercado”, indica Gabriel Layseca.

A juicio de Andrés Armstrong, esta situación estuvo relacionada, en gran medida, con que los exportadores no quisieron cometer los mismos errores del año pasado, cuando enviaron a China más fruta de la que ese mercado era capaz de absorber, generando que los precios cayeran de manera importante.

“Además de este factor, por supuesto que también afectó el hecho de que China está creciendo por estos días menos que en años anteriores”, añade.

Manuel Alcaíno, por su parte, acota que mucha de la fruta que se cosechó en la última temporada no contaba con la calidad suficiente para llegar a mercados lejanos como el asiático.

“Si bien la estrategia la establece cada compañía, exportar a China no es nada de fácil, debido a que sólo un porcentaje de la fruta producida en el país califica para esto”, sostiene.

El cambio de escenario

Pero en el sector no sólo analizan lo ocurrido en la última temporada, sino que observan con extremado cuidado las señales que por estos días está entregando el mercado internacional. Y es que no existen dudas de que el escenario ha cambiado, especialmente en lo que se refiere a las exigencias de los consumidores, quienes cada vez buscan fruta de mejor calidad.

“Antes se podía llegar a los mercados con fruta que no tenía la mejor condición e igual se vendía, debido a que los volúmenes de fruta no eran suficientes. Hoy, en cambio, la necesidad de que la fruta llegue en óptimas condiciones es primordial”, dice Andrés Armstrong.

Así, los esfuerzos de la industria local están puestos en mejorar la performance de su fruta en los mercados de destino, lo que en la práctica significa llegar con fruta de mejor calidad y que se adapte a los requerimientos del consumidor.

En ese sentido, Armstrong destaca el esfuerzo que está haciendo el Comité de Arándanos por mejorar el manejo de las líneas de empaque y así reducir el número de fruta afectada por los indeseables machucones. Para ello, dice, se ha debido utilizar buena parte de la tecnología disponible, entre ella el famoso “arándano electrónico”.

La arremetida de Perú

Otro de los aspectos que preocupa en el sector son las consecuencias que pueda tener para el mercado la aparición de nuevos actores productores.

En ese contexto, uno de los casos que más inquieta es Perú, país que posee la capacidad de producir arándanos desde un mes antes y hasta un par de semanas después que Chile. De hecho, para 2016 el país del norte proyecta ampliar su superficie de plantación a 4.000 hectáreas, con lo que podría llegar en 2017 a tener una capacidad de exportar al menos 40.000 toneladas. Pero este plan no se queda en el corto plazo, sino que se proyecta en el tiempo. Así, para 2020 pretende alcanzar las 10.000 hectáreas plantadas, lo que cambiaría de manera importante el panorama actual.

Un aspecto que destacan los especialistas es que las plantaciones de Perú, a diferencia de las de Chile, son en su mayoría nuevas y cuentan con la más avanzada tecnología. Además, buena parte de su superficie está plantada con una sola variedad: Biloxi, la cual si bien no es tan apetecida en términos de sabor como las que se producen en Chile, posee un calibre y una firmeza bastante adecuada para los viajes largos.

“Esto, por supuesto que seduce a las grandes cadenas de supermercados, las cuales al final del día se verían muy beneficiadas, ya que generarían menores cantidades de desechos”, indica Manuel Alcaíno.

Recambio de variedades: Una tarea pendiente

Por esta razón los expertos concuerdan en que una de las tareas más importantes que tiene Chile por delante es avanzar en el recambio varietal. Esto significa, en la práctica, arrancar las variedades viejas y cambiarlas por otras más nuevas, que cuenten con las características adecuadas para llegar a destino en buenas condiciones.

“Pese a que la tarea se ha ido haciendo de a poco en los últimos años, las actuales condiciones, donde algunos países han ido ganado espacio, hace que resulte urgente acelerar el paso”, asegura Andrés Armstrong.

De acuerdo a cifras que se manejan en el sector, Chile cuenta en la actualidad con un potencial que le permite exportar fácilmente 110.000 toneladas, gracias a que posee casi 20.000 hectáreas plantadas. El problema, dicen, es que de ese guarismo existe un porcentaje no menor que corresponde a fruta que no cumple con los requerimientos de los mercados, en cuanto a calibre (12 mm como mínimo) y firmeza.

“Creo que el tercer tercio de la cosecha chilena, que corresponde a alrededor del 10% del volumen total, presenta problemas de calidad, ya que le falta materia seca y solidez. Así, a menudo no llega bien a los mercados. Por lo tanto, creo que esa fruta no debería ser exportada”, indica Manuel Alcaíno.

La idea del presidente de Decofrut apunta a que ese remanente sea enviado a la industria del congelado. Esto, a su juicio, le permitiría a la industria local contar con una oferta para el mercado de fresco mucho más sólida y de mucha mejor calidad.

“No se debe olvidar que en la liquidación que se les hace llegar a los productores, las exportadoras incorporan todos aquellos problemas que se produjeron en destino, incluyendo los rechazos. Por lo mismo, si logramos disminuir o eliminar esos problemas nuestras liquidaciones mejorarán muchísimo”, explica.

Buen futuro

Pese a los enormes desafíos que presenta en la actualidad el negocio del arándano para Chile, los expertos hacen un llamado a la calma. Y es que el consumo de este berry en el mundo ha crecido de manera importante en los últimos años y lo seguirá haciendo en el futuro.

“En Estados Unidos, por ejemplo, el arándano se ha posicionado como un ícono de alimento sano, por lo que su consumo en este país ha crecido de manera potente en el último tiempo. De hecho, está presente en la campaña de alimentación sana impulsada por la primera dama, Michelle Obama”, comenta Manuel Alcaíno.

Algo parecido ha ocurrido en Europa, donde en la actualidad hay mercados que están dispuestos a pagar altas sumas de dinero por esta fruta. Por lo mismo, en el Comité de Arándanos destacan que en la última temporada, además de seguir reforzando la promoción en Inglaterra y Alemania —los dos mercados de Europa que más arándanos chilenos compran— se realizaron actividades en dos mercados nuevos, donde Chile no registraba participación con esta especie: Irlanda y Francia.

Pero quizás el mercado donde están cifradas las mayores esperanzas de los arandaneros del mundo es China, país que a la fecha consume alrededor de 30.000 toneladas. Por lo mismo, la apuesta de los exportadores es seguir realizando promociones, con el fin de que esa cifra pueda aumentar en el mediano plazo.

“Si bien no creo que el arándano vaya a cautivar a los chinos tal como lo ha hecho la cereza, existe una buena posibilidad de que este mercado en un plazo de unos cinco años pueda llegar a consumir 100.000 toneladas, lo que para nosotros sería excelente noticia”, advierte Alcaíno.

Fuente: Revista del Campo

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